La basura espacial es un gran problema, pero podemos resolverlo

Los humanos llenan de basura el espacio que rodea la Tierra. La mayor parte de estos desechos provienen de satélites abandonados, motores a reacción desechados y otros desechos relacionados con misiones. Cuando estos objetos chocan inadvertidamente, explotan en miles de fragmentos de escombros que pueden dañar gravemente las naves espaciales operativas. Y con una industria espacial comercial en auge que ha puesto en el espacio una cantidad sin precedentes de nuevos satélites en tan sólo los últimos años, nuestro problema de desechos espaciales no hace más que empeorar.

Los científicos están preocupados por una condición llamada síndrome de Kessler, que fue acuñada en la década de 1970, en la que una reacción en cadena descontrolada de colisiones y fragmentación crea una nube de escombros alrededor de la Tierra tan densa que amenaza futuras misiones espaciales.

Pero hay algunas opciones para comenzar a limpiar los escombros que nos rodean, la mayoría de las cuales se fusionan en la estrategia de desacelerar los objetos lo suficiente como para sacarlos de su órbita, obligándolos a regresar a la atmósfera de la Tierra para ser destruidos. Para la clase más grande de escombros, fragmentos de más de 10 centímetros, una solución es enviar una pequeña nave espacial a órbita, donde se encontrará con el gran pedazo de escombros y ralentizará su órbita empujándolo o tirando de él.

Para la categoría más pequeña de desechos, cuyo tamaño varía entre 1 milímetro y 1 centímetro, existen dos ideas principales. Una es poner en órbita una barredora física para capturar o frenar estos pequeños fragmentos imposibles de rastrear. El otro método consiste en introducir una nube de polvo metálico en órbita para pesarlo y atraerlo hacia la atmósfera terrestre.

Para la categoría de basura espacial intermedia, de entre 1 y 10 centímetros de tamaño, la idea de utilizar láseres terrestres y espaciales como método de limpieza se viene hablando desde hace años. En este enfoque, un láser utiliza un radar para rastrear un trozo de escombros mientras vuela sobre el horizonte y luego le dispara un pulso de energía. El objetivo es empujar los escombros lo suficiente como para alterar su órbita e, idealmente, lo suficiente como para frenarla.

Actualmente, la NASA considera que esta es la forma más rentable de lidiar con la mayoría de los desechos espaciales, pero será necesario el compromiso de la comunidad espacial internacional para implementar cualquier estrategia de eliminación.