La Mina Haldeman de Chile está apostando por la tecnología para superar los desafíos de la minería de baja ley en su operación Michilla en la Región de Antofagasta.
La semana pasada, la Autoridad Ambiental Regional aprobó el plan de Haldeman de US$235mn para agregar 21 años a la vida útil de la mina.
El proyecto prevé la implantación de una minería subterránea en el campo La Reina, integrando en sus objetivos de extracción las áreas del cluster Linz, Polo, Falla Contel y Viruga, y la implantación de un proceso de separación y valorización de minerales procedentes de residuos mineros en Linz Norte y Linz Sur. Según la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), la basura
Haldeman utilizará las instalaciones existentes, no reemplazará las plantas de producción de cátodos y trituración, y mantendrá la capacidad de procesamiento dentro de los límites aprobados en evaluaciones ambientales anteriores, dijo la EIA.
Además, el plan incluye la ampliación de las ruinas en términos de altura, pero no de superficie ni de capacidad, señala el documento.
La construcción debiera comenzar en el 1S24, con cierre programado para 2045, mientras que la fase operativa considera la producción de 391.064t de cátodos de cobre y el procesamiento de 110Mt de mineral.
De esta manera, Haldeman se enfoca en explotar los tipos de mineral inferiores, a los que se enfrenta desde que compró la propiedad a Antofagasta Minerals en 2016 por US$52 millones.
«Michilla se desarrollará como una operación minera de tamaño mediano», dijo Antofagasta Minerals en un comunicado cuando se anunció la transacción. El minero vendió la propiedad debido a la disminución de las reservas de minerales.
Haldemann actualmente produce 20.000-24.000t/a de cátodos de cobre y apunta a 25.000t/a una vez implementado el proyecto.
«Web friki. Wannabe pensador. Lector. Evangelista de viajes independiente. Aficionado a la cultura pop. Erudito musical certificado».