- autor, Joao da Silva
- Role, reportero de negocios
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Qantas, la aerolínea más grande de Australia, acordó pagar una multa de 100 millones de dólares australianos (66,1 millones de dólares, 52,7 millones de libras) para resolver un caso legal que la acusa de vender miles de boletos para vuelos que ya canceló.
Según el acuerdo con la Comisión Australiana de Competencia y Consumidores (ACCC), la compañía también lanzará un plan por valor de hasta 20 millones de dólares australianos para compensar a los pasajeros afectados.
La directora ejecutiva de Qantas, Vanessa Hudson, dijo que la medida representaba un paso importante hacia «restaurar la confianza en la aerolínea nacional».
El caso del llamado “vuelo fantasma”, iniciado por la ACCC en agosto, alegaba que en algunos casos Qantas vendió boletos para vuelos que habían sido cancelados durante semanas.
El acuerdo de penalización entre Qantas y la Comisión Australiana de Competencia y Consumidores (ACCC) ahora debe ser aprobado por el Tribunal Federal de Australia.
Según el plan, los clientes que hayan comprado billetes para vuelos que ya hayan sido cancelados durante dos o más días tienen derecho a una compensación.
Según la aerolínea, recibirán 225 dólares australianos para vuelos nacionales y 450 dólares australianos para billetes internacionales.
“Cuando los vuelos se reanudaron después del cierre de Covid, reconocimos que Qantas decepcionó a los clientes”, dijo Hudson, quien dijo que restaurar la reputación de la aerolínea fue una prioridad cuando fue nombrada para el cargo el año pasado.
También dijo que la empresa renovó sus operaciones e invirtió en tecnología para evitar que el problema volviera a ocurrir.
«Nos complace que Qantas admita que engañó a sus clientes y que esté de acuerdo en que se debe imponer una sanción muy significativa», dijo Gina Cass Gottlieb, presidenta de la Comisión Australiana de Competencia y Clima.
Qantas se enfrentaba a una serie de escándalos y problemas legales cuando Hudson se convirtió en la primera mujer en dirigir la aerolínea.
Su predecesor, Alan Joyce, dirigió la empresa durante la crisis financiera de 2008, la pandemia y los precios récord del combustible.
Sin embargo, cuando Joyce renunció en 2023, Qantas se enfrentaba a una creciente ira pública por las tarifas aéreas exorbitantes, los retrasos y cancelaciones masivas y el trato que daba a los trabajadores.
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