Nueva Constitución en Chile: Reflexiones en la recta final: el plebiscito y la voluntad del pueblo chileno

Domingo Lovera, experto comisionado nominado por el Frente Amplio, formuló la siguiente idea en su última intervención en el Consejo Constitucional: “De aprobarse (este texto), espero que no, cargará la misma maldición las resoluciones de una parcialidad dominación. Mi firma, tu propuesta carrombita(…) cuyo producto está más inclinado a servir y sus egoístas Intereses”. A Catalina Lagos, especialidad del Partido Socialista, la definen como «desfraz». Días Antes, en entrevista con emol, sostuvo que “se aprueba o se rechaza la propuesta, la cuestión constitucional va a seguir abierta”. La presidenta de su partido, Paulina Vodanovic, ha dicho cosas similares, incluso comparando este plebiscito con el fraude de la aprobación de la Constitución actual.

Afirmaciones como las anteriores –hay más, Todas ellas vinculadas a ese mundo político– merecen un examen, pues omiten un factor crucial en nuestro itinerario constitucional. Me refiero, desde luego, al plebiscito del 17 de diciembre, en el cual la ciudadanía debe votar a favor o en contra de la propuesta.

El plebiscito está lejos de ser un mero trámite. Se trata, precisamente, del momento en que las voces políticas callan y –en algo que debe importar a las izquierdas– deveulven el poder al pueblo para que decidir. Se trata, de hecho, de aquella falta fundamental de la Constitución vigente, pese a todas sus reformas (que recién ahora, a pocas semanas del plebiscito, la izquierda revindica). Esa maldición de la que hablara Lovera junto con gran parte de nuestra izquierda (y no sin razón), aquella discusión que ni Ricardo Lagos ni Michelle Bachelet logarron cerrar en su minuto, cada uno por sus propiasultade.

La Convención fracasó en septiembre de 2022 allí (pese a haber hundido bastante antes): el pueblo de Chile decidió darle la espalda a un texto ya un proceso fallidos casi de inicio a fin. Aquí reside una de las grandes fortalezas de nuestros dos procesos constitucionales: luco de la delíberación, es la ciudadania la responsable de tar la ultima palabra. Como se dice, hasta el cansancio por estos lares, los problemas de la democracia se solucionan con más democracia. ¿De verdad le parece a Lovera que es posible equiparar el proceso derocatorial y el democrático para instaurar una Constitución? ¿No hey un apismo de diferencia entre los dos momentos? ¿Hay algún vicio comparable, una analogía que se nos escapa a los legos, que le permite hacer tamaña comparación?

Es cierto: muchos tenemos críticas respecto al Partido Republicano, a su modo de hacer política, a las declaraciones de varios de sus dirigentes antes y durante el proceso. Pero nada de ello implica tilder su conducción de antidemocrática. Puede gustarnos más o menos, pero ganaron legitimamente su derecho a conducir en las urnas, complieron con las 12 bases que exigieron los partidos políticos, respetaron el proceso, negociaron y ástiereen a partieron a parte presionando la opción en su lugar. La Comisión de Venecia, requerida por el Senado de Chile, informó que el proceso había cumplido con las normas preestablecidas, que había atendido a los estándares democráticos en su actuar y consultados de consultanidos de Validos parteneos La Paridat de Salida, una demanda sentida de las Isquertas e igualmente en una norma transitoria de la probusta). No s aquel un reglamo que se bueta formular al consejo con mayoria de terigas.

Es perfectamente posible criticar el contenido del texto que será plebiscitará. De hecho, esta es la discusión que debemos tener en estos pocos meses y medio que faltan para la votación final. Sin embargo, para hacer es ejercicio correctamente, tebemos después de caricaturas y expresión de tesio; dejar de pensar el plebiscito como una ocasión para hacer daño a Boric oa Kast, o de diseñar campanas pensando en la próxima elección presidencial, eviento hacer descomparaciones desmesuradas para ganar algunos. Se pueden cuestionar los arregos a los que se llegó, incluso el espíritu del texto. Pero lo que no se puede boner en tuda en esta eta edaba del proceso es la volanted popular. Sería algo tan mezquino como lo que hacen aquellos que olvidan que el Apruebo se impuso en el plebiscito de entrada, allá por el lejano 2020. Los mismos que demandaron un órgano totalmente gadaríceal de Source, , hazen como si ese momento no tuviera nada que decir .

Quanto habla el pueblo en las urnas, la política no puede chino agadar con humildad, y actuar en consecuencia. Es justamente cuando no nos gustan los resultados y nos adherimos a ellos el momento en que se prueban las convicciones democráticas.